martes, 2 de abril de 2013

DISTINTAS PROPUESTAS DE ANIMACIÓN A LA LECTURA

Pulsando aquí, podréis ver algunas fotos que representan algunas propuestas de animación a la lectura: desde el libro, desde la oralidad, aprovechando las T.I.Cs... También, el origen de todo: la lectura en Educación Infantil. Porque "la verdadera patria del hombre es la infancia..." (Rainer María Rilke).

sábado, 30 de marzo de 2013

OPINIÓN SOBRE ESTE BLOG

EL PODER DE LA LECTURA

     No hace mucho encontré este breve escrito que reflexiona sobre la lectura y que me parece muy interesante:



LEER JUNTOS (ENERO 2013)


Ya en anteriores ocasiones he abordado el papel vertebrador y socializador que el ejercicio de la lectura posibilita y construye. Pudiera parecer paradójico, pues el hecho de leer suele ser considerado una experiencia individual, cuando no solitaria.

Es cierto que la lectura, para su mayor disfrute y comprensión, requiere de la construcción de un espacio de intimidad. De cierto aislamiento del entorno para que así la comunicación entre quien lee y lo leído sea lo más intensa posible. Y para que lo que reposa inanimado en el texto, o en cualquier otra expresión capaz de ser leída, cobre prodigiosamente vida, en un sortilegio para el que requerimos la totalidad de nuestras capacidades intelectuales. Pocas otras actividades suponen una implicación personal mayor que la de leer. Pero dicha concepción no anula, sino que potencia, otra cualidad singular de la lectura, la misma a la que nos referíamos al inicio de este escrito: quien lee, construye comunidad. La que genera con quienes pueblan lo leído. La que se establece con géneros, temáticas y autores. Pero también, y de qué manera, la que nos faculta a compartir nuestra experiencia lectora con otros lectores. Algo que no sólo amplía extraordinariamente el eco de lo leído, sino que, como muy bien prueban las investigaciones del profesor Emilio Sánchez Miguel, asienta el hábito, consolida fehacientemente la comprensión de lo leído y genera lazos de identidad con todos aquellos que hayan compartido la travesía del leer. Porque la lectura, como el de Ulises, es siempre un viaje con retorno.

Y pienso todo esto después de haber vivido una experiencia inolvidable: la reunión, hace unas semanas en Casa del Lector, de centenares de promotores y participantes de clubes de lectura de toda España. Personas que comparten una pasión; al modo orteguiano, una misión. Ciudadanos, tantas veces anónimos, verdaderos protagonistas de la construcción cultural de nuestro país.

"Leemos para saber que no estamos solos”, dijo en su día el profesor Clive Staples Lewis, el autor de las inolvidables Crónicas de Narnia. Un buen lema para definir la razón de ser, la finalidad de los clubes de lectura. Y también de la lectura en sí misma.


Antonio Basanta Reyes
Director General y Vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez
  


 

jueves, 7 de marzo de 2013

POR QUÉ ESTE BLOG

            Hace tiempo que sucribo la vieja frase de que "corren malos tiempos para la lírica". Sin embargo, y puesto que todo se mueve en un permanente juego de equilibrios, si bien muchas veces imposibles, ahí se presentó Gabriel Celaya con sus Cantos Íberos para afirmar rotundamente que "la poesía es un arma cargada de futuro". Y yo, que prefiero creer esta segunda afirmación, he dado título a mi blog con una explosiva composición química mezcla de dos poemas: CUENTOS COMPARTIDOS, canción de Alejandro Filio, y LOS PORTADORES DE SUEÑOS, poema de Gioconda Belli. Como es de suponer, ambos tienen un significado muy especial para mí, ambos provocan la explosión de sendos mundos de emociones que, pudiendo (y debiendo) haber sido complementarios, han devenido al fin en contradictorios y hasta enfrentados, proyectando mi bienintencionada disposición a estar "en paz con los hombres", pero poniendo a un tiempo en pie la "guerra con mis entrañas" que nunca cesa. Al fin y al cabo, ésa es una de las esencias de la poesía; al fin y al cabo, ésa es, también, una de las esencias de la vida. 

           Aquí dejo ambos poemas. Si su lectura no os provoca más que una efímera explosión de fuegos articiales -ruido y belleza-, enhorabuena; si, como a mí, os produce explosiones profundas e incontrolables, bienvenidos al club.


CUENTOS COMPARTIDOS

Durmió la tarde
desnuda sobre la ventana,
afuera nadie, 
ni luces ni palomas blancas.
No juega el viento, 
no se platican las campanas...
todo silencio 
si tú me faltas.

Si tú me faltas
la lluvia llorará conmigo
y calle abajo 
de los portales enemigos
salen al paso, 
me acosan antes que el olvido,
sueños descalzos 
por el camino.

Todos tenemos un amor,
un tiempo para dar, 
un ciclo.
Estamos solos otra vez
-o siempre-
como en el principio.  
Dame tu mano, 
vuela conmigo: 
seremos soledades 
y cuentos compartidos.

Durmió la tarde 
y entre su sueño dio contigo.
Cuando llegaste,
la luna tuvo algún sentido.
"No soy de nadie"
-dijiste para estar conmigo-.
"Si es por amarte 
todo lo olvido".

 Todos tenemos un amor,
un tiempo para dar, 

un ciclo.
Estamos solos otra vez
-o siempre-
como en el principio.
Dame tu mano, 
vuela conmigo: 
seremos soledades 
y cuentos compartidos.
                                    ALEJANDRO FILIO


LOS PORTADORES DE SUEÑOS

En todas las profecías
está escrita la destrucción del mundo.
Todas las profecías cuentan
que el hombre creará su propia destrucción.
                                                                                  
Pero los siglos y la vida
-que siempre se renueva-
engendraron también una generación
de amadores y soñadores,
hombres y mujeres que no soñaron
con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo
de las mariposas y los ruiseñores… 

Desde pequeños venían marcados por el amor.
Detrás de su apariencia cotidiana,
guardaban la ternura y el sol de medianoche.
Las madres los encontraban llorando
por un pájaro muerto
y, más tarde, también los encontraron a muchos
muertos como pájaros. 
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de hijos
verdecidos por un invierno de caricias. 

Así fue como proliferaron en el mundo los portadores de sueños,
atacados ferozmente 
por los portadores de profecías habladoras de catástrofes.
Los llamaron ilusos, 
románticos, 
pensadores de utopías;
dijeron que sus palabras eran viejas
y, en efecto, lo eran, 
porque la memoria del paraíso 
es antigua en el corazón del hombre.

 Los acumuladores de riquezas les temían,
lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños 
todas las noches hacían el amor 
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas,
que no sólo portaban sueños, 
sino que los multiplicaban 
y los hacían correr y hablar.
De esta forma, el mundo engendró de nuevo su vida,
como también había engendrado
a los que inventaron la manera de apagar el sol. 

Los portadores de sueños sobrevivieron a los climas gélidos,
pero en los climas cálidos casi parecían brotar 
por generación espontánea.


Quizá las palmeras,
los cielos azules,

las lluvias torrenciales
tuvieron algo que ver con esto.
La verdad es que, como laboriosas hormiguitas,
estos especímenes no dejaban de soñar
y de construir hermosos mundos,
mundos de hermanos,
de hombres y mujeres que se llamaban compañeros


que se enseñaban unos a otros a leer,
se consolaban en las muertes,
se curaban y cuidaban entre ellos,
se querían,
se ayudaban en el arte de querer
y en la defensa de la felicidad.


Eran felices en su mundo de azúcar y de viento.
De todas partes venían a impregnarse de su aliento,
de sus claras miradas. 
Hacia todas partes salían  los que habían conocido 
portando sueños, 
soñando con profecías nuevas
que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores
y de que el mundo no tendría que terminar en la hecatombe.
Por el contrario, 
los científicos diseñarían puentes, 
jardines, 
juguetes sorprendentes
para hacer más gozosa la felicidad del hombre.
 
¡Son peligrosos!
—imprimían las grandes rotativas.
¡Son peligrosos! 
  —decían los presidentes en sus discursos. ¡Son peligrosos! 
  —murmuraban los artífices de la guerra.
¡Hay que destruirlos!
—imprimían las grandes rotativas.
¡Hay que destruirlos!
—decían los presidentes en sus discursos.
¡Hay que destruirlos!
—murmuraban los artífices de la guerra.

Los portadores de sueños conocían su poder,
por eso no se extrañaban.
También sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías
y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad 
se pasaban noches y días enteros 
vigilando los pasajes y los caminos,
buscando estos peligrosos cargamentos
que nunca lograban atrapar,
porque el que no tiene ojos para soñar
no ve los sueños 
ni de día, 
ni de noche. 

Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de sueños
que no pueden detener los traficantes de la muerte;
por doquier hay paquetes con grandes lazos
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver.
La semilla de estos sueños no se puede detectar
porque va envuelta en rojos corazones,
en amplios vestidos de maternidad
donde “piesecitos” soñadores 
alborotan los vientres que los albergan.
 
Dicen que la tierra, después de parirlos,
desencadenó un cielo de arcoiris
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto,
sabemos que la vida los engendró
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías…
 
GIOCONDA BELLI